sábado, 4 de noviembre de 2017

PIROPO

 La palabra piropo viene del griego pyropus, que significa "rojo fuego". ... Los romanos tomaron esta palabra de los griegos, y la usaron para clasificar piedras finas (granates) de color rojo (rubí). El rubí simbolizaba al corazón, y era la piedra que los galanes regalaban

Hoy la palabra piropo sólo se usa en el sentido de cumplido o de frase halagadora que dirige, normalmente, un hombre a una mujer. Sin embargo, antiguamente el piropo era una variedad de granate de color rojo fuego, muy apreciada como piedra fina. O sea, una joya. Tanto Calderón como Quevedo la usaron figuradamente como metáfora de decir palabras bonitas y con este significado pasó al diccionario en 1843. Después, el verbo piropear fue admitido en 1925.

Historia del piropo
Hace casi ocho siglos, según cuenta la historia, a los honorables miembros de la corte real no se les permitía desbordarse publicamente en pasiones. Esa era una conducta del vulgo pensaba la realeza. Su alternativa según propuso el Rey, entonces, era enamorar con las palabras seductoras y filiales, que "declaraban con firmeza su amor en este mundo y sino, en el otro". En otras palabras comenzaba a desarrollarse el arte de la seducción con las palabras.

Así, los cortesanos de los siglos XII y XIII se convirtieron en unos encantadores de mujeres, dentro de las restricciones propias de su mundo y su cultura, para poder enamorar y consumar su amor.

     Desde entonces, se dice que "la mujer se enamora por los oídos", como los hombres "por los ojos" ¿Será verdaderamente así? Bueno ustedes me imagino que sabran...
El piropo es una manifestación expresiva ingeniosa, popular y callejera conocida en toda Latinoamérica. Para que exista hacen falta un hombre, una mujer, y el deseo de que ella se entere de lo que para él inspira su apariencia y actitud al pasar. Luego, todo dependerá del piropeador para hacer que esa frase en voz alta sea ingeniosa o divertida.

Veamos una escena típica en las calles de mi pueblo Río Piedras. Una bella dama camina por la acera y a su izquierda cinco obreros la ven pasar y ninguno de ellos puede quedarse con su boca cerrada ante ese recreo laboral. Todos le dicen algo pero entre el murmullo sólo se distingue una voz que le grita, desde un lugar más alto, “¿Ay madre, dónde venden los números para ganarse este premio?”. Ella sigue de largo pero no puede disimular la sonrisa que le provocó esa última frase.

Yo creo que ya casi se puede decir que eso fue en otros tiempos, y para muchos el piropo ya es algo fuera de moda.  Pero en cambio, hay otros que los siguen profesando, que se sienten bien al expresar su admiración por quien al menos por un minuto, roba su atención al cruzar la calle o toparse de frente a frente en el momento inesperado.
 
Origen de la palabra Piropo

Según cuenta la historia, la palabra piropo es de origen griego: pyropus, que significa rojo fuego. Los romanos la tomaron y usaron para clasificar piedras finas llamadas granates, de color rojo rubí. El rubí simbolizaba al corazón, y era la piedra que los galanes le regalaban a la cortejada. Quienes no tenían plata para los rubís les regalaban lindas palabras.

A principios del siglo XVII, se usó con frecuencia en tratados y poesías como símbolo de lo brillante y comparándolo con alabanzas para una mujer bonita. En sentido literario, era sinónimo de chispazo, fogonazo de ingenio, la palabra encendida.


Yo te diré

El piropo es callejero, improvisado, ocasional, una costumbre oral y popular. Halaga a la mujer y la hace sentir orgullosa de si misma. Sólo cuando forma parte de un proceso de conquista y enamoramiento es entonces el primer eslabón de un ritual amoroso.
El enunciado de estos piropos es el querer algo de alguien como una condición previa a la acción entre el yo y el otro que estructura el enunciado del ser y del hacer: “ quisiera que fueses…”, “quisiera ser…”. Los ejes semánticos giran entre la afirmación y la negación, entre suposiciones contrarias o complementarias.

Aunque algo distorsinado y perdiendo espacio, generador de una sonrisa incrédula, el piropo es una costumbre de habla hispana que –para bien o para mal- siempre quedará en el inconsciente colectivo y que nunca, pero nunca, pasará desapercibido.
Fuente:http://elrincondeantoniomc.blogspot.com.es/2012/04/historia-del-piropo-hace-casi-ocho.html

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