miércoles, 25 de junio de 2014

La escritora Ana María Matute

La novelista Ana María Matute, una de las principales exponentes de la literatura de posguerra en España, falleció a los 88 años en Barcelona.
Nacida el 26 de julio de 1925 en Barcelona, Matute pertenece a una generación de españoles cuya infancia quedó marcada por la Guerra Civil (1936-1939) y su juventud, por la miseria y la falta de libertades de la posguerra bajo la dictadura.

Narradora precoz, Matute escribió e ilustró a los cuatro años tras estar a punto de morir por una infección de riñón. Desde entonces siguió dedicada a la literatura y, con 17 años, envió a la editorial Destino su primera novela, 'Pequeño teatro'.
 Novelista destacada de la llamada generación de los "niños asombrados", su obra describe el ambiente de la posguerra civil. Ana María Matute se dio a conocer en la escena literaria española con Los Abel (1948), una novela inspirada en la historia bíblica de los hijos de Adán y Eva, en la cual reflejó la atmósfera española inmediatamente posterior a la contienda civil desde el punto de vista de la percepción infantil. Este enfoque se mantuvo constante a lo largo de su primera producción novelística y fue común a otros representantes de su generación.

La obra literaria de Ana maría Matute incluye novelas, relatos cortos y cuentos infantiles. Sus libros,
traducidos a varios idiomas, han sido reconocidos, entre otros, en 1952 ganó el Premio Café Gijón por Fiesta al noroeste, galardón al que siguieron los Premios Nacional de Literatura Miguel de Cervantes y de la Crítica por Los hijos muertos en 1959, mismo año en que consiguió el Nadal, con el Premio Nacional de Literatura (1959), el Premio Nacional de las Letras Españolas (2007) y el Premio Cervantes (2010).

Lo mereció, según dijo el jurado, por una obra extensa y fecunda que se mueve entre el realismo y la proyección a lo fantástico y por poseer un mundo y un lenguaje propios. "San Juan dijo: 'el que no ama está muerto' y yo me atrevo a decir: 'el que no inventa, no vive'". Así empezó la escritora su enternecedor discurso de aceptación del Cervantes, en el que también reconoció sin rencor alguno: "La Literatura ha sido, y es, el faro salvador de muchas de mis tormentas".
En 1998, ocupó el asiento K de la Real Academia Española, a la que había ingresado dos años antes y en la que fue la tercera mujer en entrar en 300 años, tras la escritora Carmen Conde y la historiadora Carmen Iglesias.

 «Olvidado rey Gudú» era uno de sus títulos favoritos, a la par que más célebre, como demuestra el hecho de que un ejemplar de la primera edición fuera elegido por la escritora para ser depositado en laCaja de las Letras del Instituto Cervantes, donde será custodiado hasta el 26 de julio del año 2029. Auténtico clásico de culto, tiene una ambientación medieval con elementos de la literatura fantástica, libro de caballería y cuento de hadas. Realidad y leyenda, pasado y futuro se confunden en este tratado de las emociones humanas.




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